Las personas que se vuelven
adictas al amor, debido a antecedentes de abandono de sus cuidadores primarios.
Los adultos adictos al amor, generalmente son reconocidos como los niños que no
cumplían sus necesidades de validación, amor y relación con uno o ambos padres.
Esto puede afectar a su
autoestima de forma espectacular en la vida adulta. Es el resultado de un miedo
consciente de abandono y un miedo subconsciente y subyacente de la intimidad.
Para un adicto al amor, la intensidad en una relación es a menudo confundida
con la intimidad.
La adicción al amor o
codependencia se refiere a la obsesión que se puede padecer hacia:
Una persona: En el primer caso
puede ser tanto una pareja como un hijo o un padre. El adicto siente que no
puede vivir independientemente de la otra persona y lo lleva a tener actitudes
posesivas. Es posible que la dependencia sea mutua y sea prácticamente
imposible el desarrollo personal.
Hacia una relación: Las
personas adictas a la idea de estar en una relación no se preocupan tanto por
quién sea la persona, sino por tener pareja en sí. Pueden cambiar de pareja
constantemente, o por el contrario, aferrarse a relaciones negativas.
Hacia el romance: Personas
adictas a los romances pasajeros, aventuras apasionadas, etc. Les interesa la
seducción y la conquista, pero al poco tiempo se cansan. Puede ser resultado de
la fantasía, de la inmadurez o del subdesarrollo afectivo.
Los adictos al amor como los
adictos a cualquier sustancia o hábito, pasan mucho tiempo esforzándose por la
persona a la que son adictos. Estas personas, valoran el amor hacia el otro por
encima de sí mismos, y su enfoque en el amado es obsesivo.
Este comportamiento hace que
los adictos al amor se descuiden a sí mismos de diferentes maneras, como abandonar
aspectos importantes de sus vidas y el bienestar de mantenerse conectado con
otras cosas o valores.
La adicción al amor no
necesariamente pertenece solo a las relaciones románticas o sexuales. Es
posible que una persona se relacione como un adicto al amor con sus amigos, los
niños, patrocinadores, líderes o figuras religiosas, incluso con personas que
nunca ha conocido, como las estrellas de cine.
Un adicto al amor, cuando
tiene una relación, se involucra demasiado en ella, hasta tal punto de que se descuida
a sí mismo constantemente.
El núcleo de fantasía de un
adicto al amor es la expectativa de que alguien más puede resolver sus
problemas, tenga una consideración positiva incondicional sobre él en todo
momento, y le cuiden.
La pareja o la otra persona
consideran que los adictos al amor son también su centro de atención. Cuando no
se cumple con esta necesidad irreal, los adictos al amor pueden verse
resentidos, y pueden crear conflictos en sus relaciones con los demás.
Para los expertos de
Tuotromedico.com la adicción al amor es una patología que comienza cuando se
idealiza tanto al otro que se le convierte en un ser divino, en la única
persona que nos puede proporcionar felicidad. Este tipo de pensamientos y
sentimientos son normales al principio del enamoramiento, pero lo normal es que
den paso a una relación de igual a igual y no de dependencia.
“Obsesionarse por una persona o una relación es síntoma de
adicción”
Tipos de adicción al amor
Brian Earp, profesor del
Centro de Neuroética de la Universidad de Oxford, y su equipo han revisado 64
estudios de amor y adicción publicados entre 1956 y 2016 y han definido dos
tipos del trastorno que destruyen vidas y familias.
Adicción al amor estrecha.
Las personas que se sienten
desesperadamente solas cuando no están en una relación y tratan de reemplazar a
su ex-pareja inmediatamente después de la ruptura podrían padecer lo que el
equipo ha llamado una forma “estrecha” de adicción al amor.
A estas personas les resulta
difícil controlar el fuerte deseo que sienten de estar siempre cerca del objeto
de su afección. A menudo desarrollan pensamientos y comportamientos obsesivos,
lo que puede llevar al acoso o incluso al asesinato.
Al igual que otros tipos de
adicciones, como las de las drogas, este comportamiento está desencadenado por
procesos anormales en el cerebro que impulsan señales de recompensa.
“Esta adicción inunda el
cerebro de dopamina, causando una señal inusualmente fuerte de recompensa”, lo
que hace que las personas persigan al objeto de su pasión buscando una nueva
dosis de la hormona dopamina. A menudo esto destruye sus otros lazos sociales,
así como afecta negativamente su carrera y su desarrollo personal.
Adicción al amor amplio
El segundo tipo de adicción,
el “amplio”, es menos peligroso y más común. En general, esta ligera forma de
adicción no es muy distinta de las relaciones ‘saludables’, pero se caracteriza
por deseos y obsesiones más fuertes, aunque controlables.
En esta categoría se observa
un comportamiento similar al de los adictos a las drogas, una oleada de euforia
después de cada encuentro, seguida de desesperación, angustia y depresión
cuando las relaciones llegan a un final abrupto. Algunos investigadores no
consideran este tipo de conducta una adicción, porque experimentar estas emociones
no siempre es malo para una persona.