29 de agosto de 2022

El consumo de drogas en adultos mayores.

 Si bien el consumo de drogas ilegales en la mayoría de los casos reduce una vez anteriores los primeros años de la adultez, casi un millón de adultos de 65 años o más viven con un trastorno por consumo de drogas, según datos reportados en el 2018.1 Entre el 2000 y el 2012 no hubo una gigantesca diferencia en la porción total de ingresos a centros de procedimiento; no obstante, el porcentaje de ingreso a procedimiento de los adultos más grandes incrementó del 3.4 al 7.0% en aquel lapso.

Es viable que al seguir en edad se hagan cambios sociales y físicos que tienen la posibilidad de incrementar la vulnerabilidad al uso indebido de drogas. Se conoce poco sobre los efectos de las drogas y el alcohol en un cerebro que está envejeciendo; sin embargo, los adultos más grandes en la mayoría de los casos metabolizan las sustancias con más lentitud y su cerebro podría ser más sensible a las drogas. Un análisis indica que, comparativamente con conjuntos de control que no consumen cocaína, en los individuos adictas a la cocaína en la adolescencia puede acelerarse la declinación relacionada con la edad de la materia gris del lóbulo temporal y el lóbulo temporal podría ser más diminuto. Esto podría hacerlas más vulnerables a las secuelas negativas del consumo de cocaína mientras envejecen. Los adultos más grandes tienen la posibilidad de ser más susceptibles a experimentar cambios en el estado de ánimo, patologías pulmonares o cardíacas y inconvenientes de memoria. Las drogas tienen la posibilidad de agravar dichos trastornos y exacerbar las secuelas negativas que su consumo tiene sobre la salud. Además, los efectos de varias drogas —como el deterioro de la coordinación, el buen juicio y la era de reacción— tienen la posibilidad de provocar percances como por ejemplo caídas o accidentes automovilísticos. Aquel tipo de heridas tienen la posibilidad de representar un más grande peligro de salud en este conjunto que en los individuos más adolescentes y posiblemente coincida con tiempos de recuperación más largos.

Con el envejecimiento tienden a surgir inconvenientes de salud crónicos. Los adultos más grandes a menudo toman más medicamentos que otros equipos etarios, lo cual crea un más grande índice de exposición a medicamentos potencialmente adictivos. Un análisis de 3,000 adultos de entre 57 y 85 años señaló que la mezcla de medicamentos recetados, medicamentos de comercialización independiente y suplemento dietéticos es común. Más del 80% de los competidores tomaban por lo menos un medicamento recetado a diario, y casi la mitad tomaba bastante más de 5 medicamentos o suplementos,5 lo cual sitúa a casi 1 de cada 25 personas en este conjunto etario en peligro de una fundamental relación entre fármacos.

Otros peligros integran el mal uso accidental de los medicamentos recetados y el viable empeoramiento de inconvenientes de salud psicológica existentes. Ejemplificando, un análisis del 2019 de pacientes más grandes de 50 años notó que más del 25% de quienes utilizaban indebidamente benzodiacepinas u opioides recetados expresaron ideas suicidas, comparativamente con el 2% de quienes no los consumían, lo cual remarca la necesidad de una evaluación cuidadosa antecedente de recetar dichos medicamentos.

El dolor persistente podría ser más difícil en los adultos más grandes que poseen otros inconvenientes de salud. Hasta un 80% de pacientes con cáncer avanzado reportan dolor, al igual que el 77% de los pacientes con patologías cardíacas y hasta el 40% de los pacientes ambulatorios de 65 años o más.8 Entre el 4 y el 9% de los adultos más grandes de 65 años toman analgésicos opioides recetados para el control del dolor. Entre 1995 y 2010, la prescripción de opioides para adultos más grandes en las visitas al consultorio doctor se multiplicó por 9.7.

La población de 55 años o más en USA incrementó alrededor de el 6% en el lapso 2013-2015, empero la cantidad de personas en aquel conjunto etario que buscaron procedimiento para el trastorno por consumo de opioides incrementó casi el 54%.4 La cantidad de adultos más grandes que consumen heroína —un opioide ilegal incrementó más del doble entre el 2013 y el 2015, 4 en cierta medida ya que varias personas que consumen indebidamente los opioides recetados pasan a esta droga menos costosa

Un análisis llevado a cabo en USA indica que casi un cuarto de los individuos más grandes de 65 años que consumen cannabis reportan que un doctor les recomendó cannabis el año anterior. La indagación indica que es viable que la cannabis medicinal alivie los indicios vinculados con el dolor crónico, la limpieza del sueño, la malnutrición y la depresión y ayude con los efectos colaterales del procedimiento contra el cáncer. Es fundamental resaltar que la planta de cannabis no fue aprobada por la FDA (FDA) como una medicina. Por consiguiente, se necesita evaluar las ventajas potenciales de la cannabis medicinal ante sus peligros, especialmente para los individuos que padecen otros inconvenientes de salud o toman medicamentos recetados.

Los Centros para el Control y la Prevención de Patologías (CDC) reportan que en el 2017 alrededor de 8 de cada 100 adultos de 65 años o más fumaban cigarrillos, lo que se incrementa el peligro de patologías cardíacas y cáncer. Si bien este índice es menor que el de los adultos más adolescentes, la indagación indica que los adultos más grandes que fuman poseen más grande peligro de que su salud se debilite; no obstante, el peligro de los fumadores que han dejado de fumar no parece ser más grande. Pese a que todos los años se generan alrededor de 300,000 muertes asociadas con el cigarrillo entre los individuos de 65 años o más, el peligro reduce en los adultos más grandes que dejan de fumar.13 Un fumador típico que deja de fumar luego de los 65 años podría añadir 2 o 3 años a su expectativa de vida. Luego de un año sin fumar, la mayor parte de los exfumadores disminuyen a la mitad su peligro de cardiopatías coronarias.

El alcohol es la droga que más consumen los adultos más grandes: en torno al 65% de los individuos de 65 años o más reportaron tomar a niveles de elevado peligro, que se define como exceder las pautas cotidianas establecidas por lo menos una vez por semana en el año anterior. En especial preocupante es el hecho de que bastante más de la décima parte de los adultos de 65 años o más en la actualidad beben en la modalidad de atracón o binge drinking,18 que se define como tomar 5 o más bebidas en una misma situación para los hombres y 4 o más bebidas en una misma situación para las damas. Además, indagaciones publicadas en el 2020 indican que los aumentos del consumo de alcohol en años actuales fueron más grandes entre los individuos de 50 años o más que entre los equipos más adolescentes.

1. Medina-Mora Icaza ME, De la Parra A, Terroba G. The consumption Of alcohol in the population of the Federal District. Salud Publica Mex 1980;22281-22288.


2. INPRFM, INSP, SSa. Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte De alcohol. México, DF: 2012.


  3. INPRFM, INSP, SSa. Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte De Tabaco. México, DF: 2012.


  4. INPRFM, INSP, SSa. Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte De Drogas. México, DF: INPRFM; 2012.


  5. Shamah-Levy T, Cuevas-Nasu L, Mundo-Rosas V et al. Health and Nutrition status of older adults in Mexico: results of national pprobabilistic survey. Salud Publica Mex 2008;50(5):383-389.