Poco se habla de los trastornos en el niño, sin embargo, los sentimientos de angustia en el ser humano se han ido incrementando.
Ahora estamos expuestos a muchos
factores que generan estrés. La ansiedad es la más común y frecuente de las
emociones con palpitaciones, temblores, sudoración y escalo grafios. En los
niños, en los adolescentes y en los adultos pueden darse sentimientos de
extrañeza (no reconocer o sentirse inseguro en un lugar con personas
desconocidas o con amigos) temor a perder el control y miedo a morir. En los
niños es más común que se dé un comportamiento desorganizado y de agitación.
Cuando un niño se encuentra tenso
se siente amenazado e indefenso, con temor y la amenaza puede ser física o
emocional hacia su existencia.
Los padres decimos que se
encuentra tenso, inquieto, ansioso, tenso con miedo o nervios; sin embargo, este
miedo es una respuesta ante este miedo que el niño siente, y que a veces puede
expresar con malestares de tipo físico como dificultad para pasar los alimentos
y bebidas, sobre todo cuando el niño se encuentra con compañeros o personas a
quienes no les tienen confianza, pueden mostrar temblores en las manos, manos
sudorosas y resequedad en la garganta. Algunos niños tienen mareos, aumento en
el ritmo cardiaco y tratan de respirar más porque sienten que les falta el
aire.
Esto puede ir acompañado por una
baja autoestima e ideas de tristeza que alteran el estado de ánimo del niño. Para
ello los niños presentan una conducta de aislamiento al sentirse indefensos, o
pueden mostrarse desesperados, por eso debe investigarse si han sido víctimas
de abuso sexual, violencia familiar, testigos de algún accidente grave o
ansiedad de la separación de la madre.
El embarazo de la madre de algún hermano
puede ser alguna de estas causas, y este estrés puede afectar el desarrollo del
niño, aunque también el descuido de uno o ambos padres puede influir, o la
exigencia extrema en sus deberes escolares.
Se logran identificar estas manifestaciones
de ansiedad en los niños y se acude a un especialista preparado el niño podrá
pasar a la adolescencia ajustándose y adaptándose a las nuevas formas de relación,
pero si no es así la ansiedad va a acompañar las adicciones al tabaco, alcohol,
cafeína, derivados de la marihuana, cocaína, heroína, entre otros.
También puede
mostrar trastornos alimenticios como la bulimia, anorexia y la obesidad; puede presentar
problemas del sueño y juego patológico (adicción a los videojuegos).
Por ello se debe insistir en que
si el niño presenta cualquiera de estos problemas de ansiedad debe recibir atención
oportuna por un profesional.