5 de junio de 2014

“El consumo de Peyote en la cultura Huichol”

Los huicholes, originarios de los estados de Jalisco, Nayarit y Zacatecas, en un entorno de mesetas de gran elevación, profundas cañadas, con vegetación semitropical y en las alturas por bosques de pinos y robles.

Cuenta la leyenda que hace muchos años los ancianos de la sierra huichola se reunieron para platicar de la situación en la que se encontraban. Su gente estaba enferma, no había alimentos, ni agua, las lluvias no llegaban y las tierras estaban secas por lo cual decidieron mandar de cacería a cuatro jóvenes de la comunidad, con la misión de encontrar alimento y traerlo a su comunidad para compartir fuera mucho o poco.

Cada uno representaba un elemento, es decir el fuego, el agua, el aire y la tierra. A la mañana siguiente emprendieron el viaje los cuatro jóvenes, cada uno llevando su arco y su flecha. Caminaron días enteros hasta que una tarde de unos matorrales saltó un venado grande y gordo. Los jóvenes comenzaron a correr detrás de él sin perderlo de vista. El venado veía a los jóvenes y se compadeció. Los dejó descansar una noche y al día siguiente los levantó para seguir con la persecución. Así transcurrieron semanas hasta que llegaron a Wirikuta donde habita un espíritu de la tierra y vieron al venado que brincó en esa dirección. Ellos juraban que se había ido por ahí, lo buscaron pero no lo hallaron. De pronto uno lanzó una flecha que fue a caer en una gran figura de venado formada en la tierra de plantas de peyote. Confundidos los jóvenes con lo sucedido, decidieron cortar las plantas que formaban la figura del venado (marratutuyari) y llevarlas a su pueblo.

Todas las personas fueron alimentadas y curadas por el peyote. Desde ese momento los huicholes veneran al peyote que al mismo tiempo es venado y maíz, su espíritu guía. Y cada año, hasta nuestros tiempos, siguen andando y peregrinando, manteniendo viva esta ruta de la sierra huichola hasta Wirikuta, para pedirle al Dios lluvias, sustento y salud para su pueblo.

Así surge el culto al peyote en la cultura Huichol, con una devoción y respeto cual religión desde tiempos muy antiguos, incluso antes de la llegada de los españoles, cada año grupos de huicholes acuden a Wirikuta a recolectar el sagrado peyote para al regresar a sus montañas llevar a cabo el ritual donde es consumida este cactus 

Una vez consumido el peyote su efecto puede tardar hasta tres horas, creando visiones, euforia y después un profundo estado de relajación que se puede alargar varias horas más, según las investigaciones y experiencias de quienes la consumen, se produce una sensación aumentada de la percepción visual, de la actividad intelectual, sensación de flotación y de espiritualidad mayor, aunque también pueden experimentarse sensaciones de pánico o episodios psicóticos, claro, todo depende del abuso en el consumo de la sustancia, porque aunque no es adictivo, se ha reportado que en algunos casos, el abuso y las condiciones emocionales negativas ha producido un efecto negativo de la ingesta del peyote.

En el caso de la cultura Huichol, sus practicas están impregnadas de misticismo y magia, incluso sus visiones han sido plasmadas en coloridas pinturas hechas en tablas con estambre o hilo.

Algunos nombres que también se le dan al peyote  son: ofoforina, anhalamina, pellotina, peyonina, peyoforina y peyotina y la más importante es la mezcalina.

Referencias:

El encuentro con el espíritu del híkuri (peyote). Recuperado el 26 de mayo de 2014 en: http://www.realdecatorce.net/huicholes.htm

Peyote (2011) Recuperado el 26 de mayo de 2014 en:  http://www.onirogenia.com/enteogenos/peyote.pdf

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