24 de mayo de 2011

La publicidad del cigarro

¿Para quién se hace la publicidad de tabaco?
Está comprobado que la industria tabaquera concentra sus esfuerzos publicitarios en los menores. Esta publicidad se presenta con un tipo de discurso que se nutre de elementos como el cine, la música... Estos mensajes van ligados al deseo de sortear prohibiciones explotando conceptos como sexo, triunfo, glamour, nihilismo y rebelión, como también a los deportes de aventura y competición.[1]

¿Quién no conoce esta imagen publicitaria?


La publicidad fomenta el tabaco.

El poder que la publicidad ejerce sobre los consumidores vuelve a hacerse evidente. Estudios explican el potente papel de los anuncios de tabaco a la hora de propiciar que los adolescentes y las personas más adultas decidan fumar o inclinarse por una determinada clase de cigarrillos. A menudo los mensajes por los que estos fumadores se dejan llevar son engañosos y pueden poner en peligro su salud.
Una de estas investigaciones, publicada en 'Nicotine and Tobacco Research', analizó el impacto de una serie de anuncios clasificados según el género que trataban de vender: cigarrillos normales, bajos en nicotina o productos que pretenden reducir la exposición al tabaco. Estos últimos se denominan productos PREP (sus siglas en inglés) y, entre otras propiedades, presumen de ser una forma de tabaco con menos niveles tóxicos o menos agentes cancerígenos.[1][2]

Varias campañas independientes realizan
publicidad para todo tipo de jóvenes

El impacto de prohibir la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco es necesario para reducir el consumo de tabaco, especialmente entre los jóvenes.
Las empresas tabacaleras pueden evadir fácilmente las prohibiciones parciales de publicidad porque trasladan sus estrategias de marketing y de promoción a los lugares sin restricción.[3]


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