31 de agosto de 2021

Las tics en tiempos de pandemia

 En el tiempo que estamos viviendo en cuestión de pandemia, el encierro y el largo tiempo que una persona pasa hoy en día en casa se ha detectado un incremento notable en el uso de redes sociales, videojuegos y el consumo de entretenimiento que brindan distintas plataformas, 8ncluso se llega a hablar de lo que es ya una adicción al consumo de estos contenidos.

Entre las causas más reconocidas de la adicción a las redes sociales se encuentran la baja autoestima, la insatisfacción personal, la depresión o hiperactividad e, incluso, la falta de afecto, carencia que con frecuencia los adolescentes tratan de llenar con los famosos likes.

Llamada, también, adicción no química o adicción sin droga, es una conducta repetitiva que resulta placentera, al menos en las primeras fases, y genera una pérdida de control en el sujeto, más por el tipo de relación establecida con la persona que por la conducta en si misma, con una interferencia grave en su vida cotidiana, ya sea a nivel familiar, social o académico.



El uso positivo de internet es siempre que no se dejen de lado el resto de actividades propias de la vida normal. El abuso es cuando el uso de las TICs produce aislamiento social, ansiedad, afecta a la autoestima y hace perder la capacidad de control, a pesar de que uno puede creerse “muy popular” porque tiene largas listas de amigos en sus redes sociales.

El riesgo más importante del abuso de las TICs es la adicción. Cuando hay una dependencia, los comportamientos adictivos se vuelven automáticos, emocionalmente activados y con poco control cognitivo sobre el acierto/error de la decisión ya que el adicto sopesa los beneficios de la gratificación inmediata pero no piensa en las consecuencias negativas a largo plazo.

Por tanto, igual que ocurre con las personas adictas a sustancias, los adolescentes adictos a las redes sociales experimentan un síndrome de abstinencia cuando no pueden conectarse, caracterizado por un profundo malestar emocional, disforia, insomnio, irritabilidad e inquietud. En realidad, hay un efecto bola de nieve ya que los problemas se extienden a todas las parcelas del adolescente.



Las principales señales de alarma que denotan una dependencia a las TIC o a las redes sociales y que pueden reflejar la conversión de una afición en una adicción son las siguientes:

Privación del sueño ( dormir menos de 5h) para estar conectado a internet, a la que se dedica unos tiempos de conexión anormalmente altos.

Descuidar otras actividades importantes como el contacto con la familia, las relaciones sociales, los estudios o la salud.

Recibir quejas en relación con el uso del internet o del móvil constantemente, incluso cuando no se está conectado y sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta.

Intenta limitar el tiempo de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.

Mentir sobre el tiempo real que se esta conectado o jugando a un videojuego.

Sin embargo, su inadecuada utilidad ha puesto en riesgo algunas formas de comunicación habitual y de entretenimiento.


Estos recursos tecnológicos han generado tanta relevancia dentro de los estilos de vida de cada persona que poco a poco han ido deteriorando las relaciones familiares, sociales y laborales. Los principales consumidores de las nuevas tecnologías son los adolescentes, generación que ha transformado la comunicación habitual en un método de interacción digital; asimismo, ellos transmiten esta cultura de tecnología sobre otras personas, enseñando incluso a los adultos, quienes adolecen de falta de capacidad para poder adaptarse al continuo cambio de la tecnología. Por ello, los adolescentes se constituyen como el sector que más fácil se adapta a las nuevas tecnologías.


En esta última década, las redes sociales han puesto de manifiesto la capacidad inagotable de innovación de las industrias de la información y el entretenimiento. La difusión acelerada de esta nueva manera de comunicarse (o de identificar personas con las cuales se quiere entablar comunicación) y de crear contenido individualizado hace plantearse preguntas tales como hasta qué punto se está presenciando un cambio radical en el uso de medios de comunicación.





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