13 de mayo de 2019

COMPRADORES COMPULSIVOS

Para comenzar con este artículo es necesario definir el concepto oniomanía o síndrome del comprador compulsivo y así mismo denotar a la misma como una adicción.

El término oniomanía deriva del griego antiguo onios (lo que está en venta) y manía (locura), y surgió en el siglo XIX de mano de los psiquiatras Emil Kraepelin y Eugene Bleuler. Entre sus síntomas más comunes encontramos ansiedad, insatisfacción, falta de autocontrol y sentido de culpa tras realizar una compra. Sin embargo, pese al considerable número de personas afectadas, este trastorno no queda catalogado como tal en los manuales de desórdenes mentales.

Se sabe que la compra compulsiva se define como de un trastorno que se caracteriza, básicamente, por una urgencia irresistible de compra masiva de objetos excesivos. Esta adquisición se acompaña de sentimientos de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo. Tras un breve período de alivio temporal de la tensión, la persona experimenta un sentimiento de culpa que no le impide, sin embargo, volver a comprar, ya que no hay ningún control sobre los impulsos y no se distingue entre deseo y necesidad.

Según los especialistas, la compra compulsiva se desarrolla a través de dos mecanismos: en unos casos, se adquiere básicamente a fuerza de repetir una conducta que en un principio resulta agradable y luego se realiza de forma compulsiva; mientras que en otros casos, esta conducta hay que entenderla predominantemente como una evasión, como una forma inadecuada de encarar los problemas personales.

Los compradores compulsivos pueden encontrarse en todos los niveles socioeconómicos y compran cosas para ellos mismos o exclusivamente para otros. Es frecuente que una madre justifique sus compras colmando de regalos a sus hijos. También es frecuente que lo que compre, ni siquiera sea utilizado.

Las principales causas de la adicción al consumo son las siguientes:

A) Preexistencia de rasgos psicológicos específicos (ser caprichoso e impulsivo, un nivel alto de ansiedad en relación con la compra, etc.);

B) Insatisfacción personal;

C) Atracción por los estímulos de consumo;

D) Mayor aceptación de valores consumistas y vulnerabilidad psicológica hacia los mensajes que relacionan el consumo con la felicidad y el éxito social;

E) Bajo nivel de autoestima y desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades.

La compra compulsiva es como cualquier otro comportamiento obsesivo. Es un trastorno de una conducta normal que, en este caso, a fuerza de repetirse y de provocar una sensación agradable, pasa a ser buscada con ansiedad.

Existen distintos modos de abordar estos casos. En ocasiones, varios tipos de tratamiento pueden ser empleados de forma simultánea o encadenada.

1. Terapia Cognitivo-Conductual

El tratamiento con  terapia cognitivo-conductual empieza por expresar la necesidad de introducir un cambio en la vida de quien padece la obsesión por las compras. Resulta muy importante descubrir cómo se concibe la propia persona a sí misma y de qué forma intenta satisfacer sus necesidades, así como analizar qué tipo de ideas rigen su personalidad para empezar a modificarlas.

2. Tratamiento farmacológico

Actualmente, el tratamiento con fármacos (ISRS) utilizado para tratar el  trastorno obsesivo-compulsivo ha resultado ser el más eficaz, ya que la premeditación asociada al acto de comprar podría responder al de una obsesión y su conducta física se asemeja a la de un ritual compulsivo. La única diferencia entre un comprador compulsivo y alguien que padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se encuentra en que en estos últimos la conducta es totalmente involuntaria desde el inicio.

Algunas de las recomendaciones que pueden ser útiles para evitar este tipo de adicciones son:

  • Evitar las compras de última hora
  • Ir a comprar en transporte público
  • Anotar en una lista lo que vas a necesitar
  • Evitar comprar en momentos de euforia o desánimo
  • Elaborar un presupuesto semanal
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Referencias:
https://www.psiconet.es/la-oniomania-o-sindrome-del-comprador-compulsivo/

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