“El
consumo de Peyote en la cultura Huichol”
Los huicholes, originarios
de los estados de Jalisco, Nayarit y Zacatecas, en un entorno de mesetas de gran
elevación, profundas cañadas, con vegetación semitropical y en las alturas por
bosques de pinos y robles.
Cuenta la leyenda que hace
muchos años los ancianos de la sierra huichola se reunieron para platicar de la
situación en la que se encontraban. Su gente estaba enferma, no había
alimentos, ni agua, las lluvias no llegaban y las tierras estaban secas por lo
cual decidieron mandar de cacería a cuatro jóvenes de la comunidad, con la
misión de encontrar alimento y traerlo a su comunidad para compartir fuera
mucho o poco.
Cada uno representaba un
elemento, es decir el fuego, el agua, el aire y la tierra. A la mañana
siguiente emprendieron el viaje los cuatro jóvenes, cada uno llevando su arco y
su flecha. Caminaron días enteros hasta que una tarde de unos matorrales saltó
un venado grande y gordo. Los jóvenes comenzaron a correr detrás de él sin
perderlo de vista. El venado veía a los jóvenes y se compadeció. Los dejó
descansar una noche y al día siguiente los levantó para seguir con la
persecución. Así transcurrieron semanas hasta que llegaron a Wirikuta donde habita
un espíritu de la tierra y vieron al venado que brincó en esa dirección. Ellos
juraban que se había ido por ahí, lo buscaron pero no lo hallaron. De pronto
uno lanzó una flecha que fue a caer en una gran figura de venado formada en la
tierra de plantas de peyote. Confundidos los jóvenes con lo sucedido,
decidieron cortar las plantas que formaban la figura del venado (marratutuyari)
y llevarlas a su pueblo.

Así surge el culto al peyote
en la cultura Huichol, con una devoción y respeto cual religión desde tiempos
muy antiguos, incluso antes de la llegada de los españoles, cada año grupos de
huicholes acuden a Wirikuta a recolectar el sagrado peyote para al regresar a
sus montañas llevar a cabo el ritual donde es consumida este cactus
Una vez consumido el peyote
su efecto puede tardar hasta tres horas, creando visiones, euforia y después un
profundo estado de relajación que se puede alargar varias horas más, según las
investigaciones y experiencias de quienes la consumen, se produce una sensación
aumentada de la percepción visual, de la actividad intelectual, sensación de
flotación y de espiritualidad mayor, aunque también pueden experimentarse sensaciones
de pánico o episodios psicóticos, claro, todo depende del abuso en el consumo
de la sustancia, porque aunque no es adictivo, se ha reportado que en algunos
casos, el abuso y las condiciones emocionales negativas ha producido un efecto
negativo de la ingesta del peyote.
En el caso de la cultura
Huichol, sus practicas están impregnadas de misticismo y magia, incluso sus
visiones han sido plasmadas en coloridas pinturas hechas en tablas con estambre
o hilo.
Algunos nombres que también
se le dan al peyote son: ofoforina,
anhalamina, pellotina, peyonina, peyoforina y peyotina y la más importante es
la mezcalina.
Referencias:
El encuentro con el espíritu del híkuri (peyote). Recuperado
el 26 de mayo de 2014 en: http://www.realdecatorce.net/huicholes.htm
Peyote (2011) Recuperado el
26 de mayo de 2014 en: http://www.onirogenia.com/enteogenos/peyote.pdf
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