20 de enero de 2015

Neuroplasticidad y Adicciones


Bien sabemos que la adicción se refiere al hábito de consumir cualquier sustancia adictiva, al grado de crear una dependencia física y psicológica y que a su vez va deteriorando nuestras relaciones sociales, nuestra mente y cuerpo.

Así, el cerebro es un órgano que sufre grandes daños con el uso de drogas, como la pérdida progresiva de la memoria, la pérdida de reflejos, la capacidad de reacción y respuesta a los estímulos del ambiente, sin contar con la dependencia psicología, física y emocional de consumir.

Por otro lado la plasticidad se refiere a la capacidad de adaptación del cerebro ante los cambios internos y externos producidos por el medio ambiente o diversos tipos de lesiones, minimizando o contrarrestando los efectos causados por dichas lesiones, haciendo que  además el sistema nervioso central responda evolucionando ante los daños. 


En el caso del consumo de drogas y el daño provocado al cerebro, la mayoría de los cerebros de los consumidores les permiten adaptarse biológicamente y contrarrestar los efectos de las drogas para recuperar un LTD normal. En los adictos esta falta de plasticidad les deja sin defensas, de modo que la adicción en parte proviene de la falta de plasticidad, es decir, de la incapacidad de las personas adictas a contrarrestar las modificaciones patológicas causadas por la droga en todos los usuarios.

“La exposición crónica a las drogas causa muchas modificaciones en la estructura y funcionamiento del cerebro, pero ¿Cuál de estas modificaciones es responsable del desarrollo de una adicción?

Alguna vez te has preguntado ¿Porque algunas personas son más vulnerables al consumo de drogas que otras personas? O ¿Por qué para unas personas es más fácil dejar de consumir drogas que para otras?


Pues según varias investigaciones, la falta de plasticidad cerebral varía entre cada persona y en algunas es más desarrolla que en otras, por lo cual algunas personas responden de manera más positiva al ingerir alguna droga, ya que su cerebro neutraliza, normaliza o contrarresta el daño producido al ingerir la sustancia.       

“Sin esta forma de plasticidad, que permite la ocurrencia de nuevos aprendizajes, el comportamiento respecto a la droga se vuelve más y más rígido, abriendo la puerta al desarrollo de un consumo compulsivo. El cerebro de la mayoría de los usuarios es capaz de producir una adaptación biológica que permite contrarrestar los efectos de la droga y recuperar un DLP normal. Por el contrario, la falta de plasticidad que presentan los adictos, les deja sin defensas y por lo tanto el déficit de DLP provocado por la droga se vuelve crónica. Este caso de ausencia permanente de plasticidad sináptica, explicaría por qué el comportamiento de búsqueda de drogas se vuelve resistente a las limitaciones medioambientales (dificultad en la adquisición de la sustancia, consecuencias negativas para la salud y en la vida social por tomar la droga, etc), y por lo tanto, más y más compulsiva. Gradualmente, el control sobre la toma de droga se pierde y aparece la adicción.”

Referencia: 
Recuperado el 8-Diciembre-2014 en: ScienceDaily.com, 25/06/2010 
INSERM (Institut national de la santé et de la recherche médicale), via EurekAlert!. - See more at: http://bitnavegante.blogspot.mx/2010/06/adiccion-una-perdida-de-la-plasticidad.html#sthash.O1ZmH4g8.dpuf

15 de enero de 2015

Autoestima, conductas autodestructivas y el consumo de drogas

Cuando hablamos de autoestima esta se define como la experiencia  fundamental  de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. La autoestima es la confianza en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos de la vida, en la confianza y en nuestro derecho a triunfar y ser felices y  respetables.

Sin embargo en el caso del adicto encontramos que tiene baja autoestima o por el contrario las personas con baja autoestima son más vulnerables a consumir algún tipo de sustancia, debido al placer momentáneo que producen ciertas drogas, aunque esto afecte su salud y les provoque la adicción.

Así las investigaciones han mostrado que las personas que perseveran en una tarea muestran una alta autoestima, y quienes desertan rápidamente, suelen tener y alimentar su baja autoestima.


“Si persevero es más probable que tenga éxitos que fracasos”


Si me respeto y exijo a los demás que me traten con respeto, me mostraré y comportaré de manera que aumente la probabilidad de que los demás respondan de forma apropiada.
En los adictos no existe un respeto por uno mismo y tampoco por los demás  con lo que podríamos  interpretarlo  si no me respeto a mí mismo y acepto la falta de respeto, el abuso, o acepto que los demás me exploten de forma natural, transmitiré inconscientemente este trato.

El valor de la autoestima radica no solamente en el hecho de que nos permite sentir mejor sino en que nos permite vivir mejor.

El nivel de nuestra autoestima  tiene profundas consecuencias en cada uno de los aspectos de nuestra existencia, en la forma de actuar en el trabajo, en el trato con la gente, en el nivel que tenemos, en el plano personal, en la persona de la que nos enamoramos, en la forma de relacionarnos con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, amigos y en el nivel de felicidad personal que alcancemos.



Sin embargo podemos encontrar que existen correlaciones positivas entre una autoestima saludable y otros varios rasgos que están relacionados directamente con nuestra capacidad para conseguir lo que nos proponemos y  conseguir la felicidad. Una autoestima saludable se correlaciona con la racionalidad, el realismo, asertividad, con la creatividad, la independencia, la flexibilidad  y la capacidad para aceptar los cambios, así como la disposición para cooperar y corregir los errores.

En el adicto encontramos una baja autoestima que muestra irracionalidad y ceguera ante la realidad, con la rigidez del miedo a lo desconocido, con una rebeldía poco apropiada y una conformidad inadecuada,  estar a la defensiva, con miedo a la hostilidad de los demás.
Las personas con baja autoestima ven una amenaza en los demás, por lo que enfocan sus relaciones personales con una expectativa automática de rechazo o humillación, en una relación romántica por ejemplo: existe el miedo a no sentirse merecedor del amor y el pensar que estamos destinados a sufrir.



Así en todo los ámbitos de las vida, la persona con baja autoestima, se considera poco merecedor, poco capaz o incapaz de lograr una meta, de recibir y comete acciones que lo denigran aun mas, siendo el consumo de algún tipo de drogas o las conductas de riesgo o autodestructivas lo que alivian el dolor que le produce el rechazo, la humillación, la  soledad  y otros sentimientos negativos.



14 de enero de 2015

El Equipo de Tacha las Adicciones esta de vuelta y te desea un feliz 2015Te deseamos lo mejor y que cumplas todas las metas que te propongas.